1. : Es un símbolo cris­ti­a­no que se co­lo­ca en los al­ta­res.

2. : Allí se reúnen las fa­mi­li­as de los dif­un­tos para vi­si­tar a sus pari­en­tes mu­er­tos. Vie­nen con “ofren­das”: co­mi­da, decoración e in­clu­so música.

3. : El ori­gen de su nom­bre se en­cuen­tra en la pa­la­bra indígena “cem­po­hualxochitl”. Sim­bo­li­za el sol y la vida. En el día de Mu­er­tos se ponen en los ca­mi­nos para que los mu­er­tos sepan por donde ir.

4. : Se ponen en los al­ta­res o las tum­bas. Ilu­mi­nan los ca­mi­nos de las almas mu­er­tas para que no se pier­dan.

5. : Es una co­mi­da típica del Día de Mu­er­tos. Hoy en día son de azúcar. Antes eran un símbolo po­dero­so en las cul­turas indígenas para los di­o­ses de la mu­er­te.

6. : Están en las casas de las fa­mi­li­as de los dif­un­tos. Se con­me­mo­ra a los mu­er­tos con fotos, sus ali­men­tos u ob­je­tos fa­vo­ri­tos y otras ofren­das como música y flo­res.

7. : Es una co­mi­da tra­di­ci­o­nal. Ori­gi­nal­men­te era una sustitución cris­ti­a­na para los sa­cri­fi­ci­os hu­ma­nos que eran co­mu­nes en los pu­e­blos indígenas. Los hue­sos di­bu­ja­dos con ha­ri­na en el pan lo de­mu­es­tran.